Juan Guízar vuelve a fijarse en la naturaleza como inspiración para crear esta muestra a partir de una sola fotografía tomada de las rocas del Valle de Ordesa.
El artista disecciona la piedra desde distintas perspectivas para indagar en su pasado y comprender cómo ha sido transformada a través del paso del tiempo.
La exposición es un compendio de miradas que Guízar aborda mediante un proceso creativo en el que se mezclan el monotipo, el grabado en punta seca, la pintura y la fotografía. En la reconstrucción de la historia de este mágico paisaje afloran la erosión causada por la lluvia, el frío, los efectos del calor y la huella de todos los que por allí pasaron a lo largo de los siglos. Han dejado imágenes imborrables, que quedan registradas como grabados sobre las rocas y que el artista entresaca en un relato a medio camino entre la realidad y lo imaginado. Un recordatorio de que lo único permanente en la naturaleza es el cambio.
Macarena Gutiérrez Sanjuán